Fecha: 05 de Mayo de 2014
Higiene Bucal Infantil
Establecer
unos buenos hábitos de salud bucal desde
la infancia es el primer paso para tener unos dientes sanos toda la vida. Una labor que corresponde a los padres,
iniciando y guiando a sus hijos a establecer la higiene oral como rutina
diaria.
Los padres deben empezar a limpiar las encías de su bebé desde muy pequeño,
incluso antes de que le salga el primer diente, acostumbrando al bebé a la
manipulación de la boca e instaurando un hábito precoz. La limpieza debe
hacerse una vez al día. Para esta etapa se pueden utilizar dedales de silicona
o una gasa humedecida en agua que pasarán por sus encías.
Cepillarse los dientes
Desde la aparición de los dientes y hasta los 2 años los padres pueden cepillar
los dientes del niño. A partir de 2 años, el cepillado de los dientes debe ser
supervisado por los padres hasta que tengan la certeza que el niño puede
enjuagarse la boca y escupir el exceso de pasta dental
(habitualmente hacia los seis años de edad).
Se recomienda limpiar las superficies dentales laterales con movimientos
circulares y las superficies masticatorias con movimientos anteroposteriores.
Es importante enseñar al niño que el cepillado debe realizarse por todas las
superficies accesibles de los dientes.
No se recomienda el uso de pasta dental fluorada en niños que no hayan
aprendido a escupir (generalmente, menores de 2 años de edad) por el riesgo de
una ingestión excesiva de flúor y la consecuente aparición de fluorosis dental.
A partir de los 2 años de edad se pueden recomendar pastas fluoradas con 1000
ppm de flúor, aplicando en el cepillo dental una cantidad de pasta del tamaño
de un guisante y bajo la supervisión de los padres. En los niños mayores de 6-7
años se puede utilizar una pasta dental con mayor concentración de flúor 1450
ppm de flúor.
Además, el niño deberá utilizar un cepillo de dientes con filamentos suaves, y
redondeados, Cabezal pequeño y mango más corto y grueso; del tamaño adecuado
para su boca, que renovaremos cada 3 o 4 meses.